El primer nivel comenzaba en una marquesina que conducía a un vestíbulo con doble altura, con la figura central de un busto de Trujillo —para que a nadie se le olvidara quién había sido el promotor del proyecto—. El vestíbulo estaba localizado en el centro del volumen vertical, y alrededor de este se expandían las distintas áreas comunes del hotel. Por ejemplo, hacia el sur había un gran salón de fiesta y una galería perimetral que lo bordeaba en tres de sus lados. Hacia el oeste había una tienda de regalos, una sala de escritura, un salón de belleza y el casino, este último con accesos independientes. El área del bar central conectaba la gran terraza con el patio andaluz, así como otra terraza que daba hacia los jardines en el norte. Hacia el este se ubicaban otras dependencias, como el gran comedor, la cocina, el comedor privado, la lavandería y distintas secciones de servicio. Por esta zona también se descendía al sótano, donde se encontraban las áreas complementarias de servicio, como las calderas para agua caliente, los talleres y los depósitos. De cara al litoral sur de la ciudad quedaban los jardines, el área de la piscina y la gran terraza al aire libre. Ya del segundo al cuarto nivel, con un esquema de distribución similar, se encontraban las habitaciones, colocadas a lo largo de un pasillo central. Hacia el norte estaban las habitaciones sencillas y hacia el sur, mirando hacia la piscina, las dobles. Todas contaban con baño privado y armarios revestidos en cedro, así como de instalación para teléfonos, abanicos eléctricos y radios. En total habían 66 habitaciones —36 dobles y 30 sencillas— y tres suites.