La polémica en torno a la posible demolición del Hotel Jaragua quedó plasmada en cientos de artículos, editoriales y espacios pagados que se ventilaron en la prensa nacional. No todo el mundo valoraba el viejo edificio. Por ejemplo, en el periódico El Nacional Bolívar Díaz Gómez preguntaba: “¿Y qué pasaría si lo tumban? Absolutamente nada… como tampoco pasaría nada si tumban el obelisco o demuelen toda la Zona Colonial. ¿Qué cuento es ese del patrimonio cultural? Con romanticismos no se va a ninguna parte”. El comunicador César Medina lo secundó en el mismo diario, diciendo que en un país en medio de huelgas y problemas económicos alrededor del FMI, “vengan unos romanticones a postular la preservación de un criadero de ratas y alimañas dizque en aras del patrimonio cultural”. Pero por otro lado, también se oyeron las voces de defensa de parte de arquitectos como Omar Rancier, Gustavo Moré, Emilio Brea y otros miembros del Grupo Nueva Arquitectura. A ellos se unieron destacadas figuras de la prensa: ahí entraron plumas ejemplares como las de Clara Leyla Alfonso del Hoy, María Elena Núnez de El Caribe, Leo Reyes de El Sol y Héctor Herrera del Listín Diario.