Más oferta que demanda

Por motivo de la Feria de 1955, la capital terminó con más habitaciones hoteleras que huéspedes por causa de la incorporación de tres nuevos hoteles: el Paz, el Generalísimo y el Embajador, este último construido bajo los estándares internacionales de lujo de la época.
 Estas nuevas ofertas, ubicadas en un radio relativamente cercano, generarían una sobreoferta tanto de habitaciones como de opciones de entretenimiento que irían en detrimento del hasta entonces imbatible Jaragua. Y ahí, precisamente, estaría el principio de su fin.